Haga limpieza en su botiquín para proteger a sus hijos

Cuando uno se entera de que solo 1 de cada 5 personas guardan los medicamentos recetados bajo llave, no es sorprendente oír que miles de niños son tratados cada año por sobredosis accidentales de fármacos.

Una nueva encuesta de Consumer Reports con más de mil adultos también encontró que una cuarta parte de los estadounidenses conservan los medicamentos no utilizados "hasta que se acaben". Eso también aumenta las probabilidades de mal uso.

"Las personas quizá no se den cuenta de los peligrosos que algunos medicamentos pueden ser para un niño", apuntó Lisa Gill, subdirectora de Consumer Reports Best Buy Drugs.

"Las pastillas fáciles de alcanzar pueden ser igual de peligrosas que un arma de fuego cargada, particularmente los analgésicos narcóticos, como OxyContin, Percocet y Vicodin", advirtió.

La moraleja: "si tiene esas pastillas en casa y hay niños, le instamos a guardarlas bajo llave", dijo Gill.

El personal de la revista también recomienda hacer limpieza general del botiquín una vez al año para reducir el riesgo de mal uso de los fármacos.

La revista sugiere que el primer día de la primavera (el lunes 20 de marzo) es el día perfecto para comenzar este proceso limpieza, y lo denominó "día nacional para hacer limpieza de primavera en el botiquín".

No dé por sentado que los medicamentos recetados como los sedantes y los analgésicos narcóticos son los únicos fármacos en el botiquín del baño que pueden potencialmente provocar daños.

"El acetaminofén, que se usa para reducir la fiebre y el dolor y que se encuentran en el Tylenol y en cientos de productos más, es el [medicamento de venta libre] que más se ingiere de forma accidental", dijo Gill.

Un niño que tome demasiado acetaminofén puede desarrollar daño del hígado o insuficiencia hepática, anotó.

Cada año, unos 60,000 niños en edad preescolar tienen que acudir a los hospitales tras ingerir medicamentos de forma accidental, ya sean recetados o de venta libre, señalan los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. Muchas de esas emergencias son prevenibles.

Para evitar estos problemas, Consumer Reports comparte algunos consejos para deshacerse de sus medicamentos de forma segura.

Devuelva los medicamentos no utilizados a su farmacia, hospital o programa de tratamiento de narcóticos para que los eliminen de forma adecuada. Esto es particularmente aconsejable para los opiáceos narcóticos como la oxicodona (OxyContin, Percocet) y la morfina, los medicamentos para el TDAH y sedantes como alprazolam (Xanax), que son fármacos con un alto potencial de abuso.

Si una farmacia u hospital no los reciben, pregunte a los bomberos o a la policía locales si aceptan medicamentos no usados.

También puede encontrar lugares que recolectan y destruyen medicamentos no utilizados en DisposeMyMeds.org. Ese programa es administrado por la National Community Pharmacists Association Foundation y la Asociación Nacional de Farmacéuticos Comunitarios (National Community Pharmacists Association).

Marque el día nacional de devolución de medicamentos en su calendario. El sábado 29 de abril, la Administración de Control de Drogas de EE. UU. permite que cualquiera deje anónimamente los medicamentos sobrantes en departamentos de policía, estaciones de bomberos y otros centros designados. La agencia organizará otro día de devolución en octubre.

Por una pequeña tarifa, algunas cadenas de farmacias importantes ofrecen sobres para devolver medicamentos recetados y de venta libres.

Si no tiene más opción, puede tirar la mayoría de pastillas en la basura de la casa, tras camuflarlas. Escóndalas en el poso del café, en aserrín o arena para gatos, y selle ambas cosas en una bolsa de plástico, sugirió el personal de Consumer Reports. Pero no lo haga con fármacos peligrosos, como los opiáceos, porque alguien podría sacarlos de la basura.

La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE. UU. sugiere echar los medicamentos peligrosos por el sanitario. Pero muchos desaconsejan esto, porque los vestigios pueden acabar en el suministro de agua.